No, no son modernos hipsters posando para una revista de moda, y tampoco son los dobles de Viggo Mortensen en “Historias de este” (aunque esto no sea tan descabellado).
Todos estos hombres y mujeres son presos rusos fotografiados por Sergei Vasilliev entre 1989 y 1993. En estas series de fotografías se centró en mostrar los distintos tatuajes que usan los prisioneros para mostrar su “curriculum” criminal en el mundo del hampa. Muchos de ellos se hacen para mostrar orgullos logros otros son obligados a tatuarse como escarnio y burla.
La tradición del tatuaje carcelario ruso tenía ya una larga tradición desde la época de la URSS, en la que se llegaban a tatuar las caras de Lenin o Marx para intentar evitar el pelotón de fusilamiento (los soldados no podían disparar sobre los padres de la madre patria).
Estos son algunos de los tatuajes más repetidos:
La tela de araña tiene dos sginificados, si tiene araña indica que el reo está plenamente integrado en el mundo del hampa, o si carece de ella significa que está atarapado en la droga.
La Virgen con el Niño Jesús significa que el preso va a ser siempre fiel a sus compinches criminales
La daga en el cuello es la tarjeta de presentación de todo buen asesino a sueldo de toda prisión rusa que se precie.
Los gatos significan que el reo pertenece a una banda de ladrones, en caso de solo llevar uno, significa que trabaja en solitario.
Las iglesias con sus bonitas torres abovedadas representan para el que pueda contarlas el número de víctimas del criminal.
Las estrellas en los hombros son un símbolo de respeto y tradición, mientras que en las rodillas reflejan el “no arrodillarse ante nadie”.
El tigre representa la ferocidad y salvajismo del preso, sin duda encerrado por un delito violento.
La mariposa representa la facilidad del reo para fugarse, de “volar” por entre los barrotes.
Via: cultura inquieta